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El efecto "JE SUIS CHARLIE" en la protección de datos de un futuro próximo

Los recientes y dramáticos acontecimientos de “Charlie Hebdo” han tenido como efecto inmediato el consenso de los gobiernos europeos para intensificar la lucha antiterrorista mediante la adopción de nuevas y estrictas medidas en materia de seguridad, medidas que, sin lugar a dudas, van a tener un efecto directo en los derechos a la privacidad, intimidad y protección de datos de los europeos.

Durante estos días nos levantamos con múltiples titulares que nos revelan la intención de algunos líderes europeos de aligerar las condiciones para un acceso más libre a las comunicaciones y su contenido, establecer una mayor vigilancia a través de internet y de las redes sociales, la creación de registros de pasajeros, incluso la posibilidad de bloquear el uso de ciertos medios de mensajería instantánea.

Sucesos como los atentados de París crean en los ciudadanos un estado generalizado de pánico por el que están dispuestos a sacrificar parcelas de su libertad y privacidad en aras de mayor seguridad, sin realmente cuestionarse si la medida a adoptar dará respuesta efectiva y eficaz a su demanda de protección

La experiencia nos ha demostrado cómo en anteriores ocasiones estas situaciones de psicosis se han convertido en el caldo de cultivo ideal para que los gobiernos adopten medidas excesivamente invasivas a la privacidad e intimidad de los ciudadanos, que, en su mayoría, han resultado innecesarias y, desgraciadamente, no siempre han tenido como último y único objetivo la seguridad de los ciudadanos.

En este sentido, es interesante traer a colación el concepto de “teatro de la seguridad”, acuñado por el experto en seguridad informática Bruce Scheiner, con el que se hace referencia a la práctica de adoptar medidas o contramedidas de seguridad que provean una sensación de seguridad pero que en realidad hacen poco o nada por mejorar efectivamente ésta.

Estas palabras no pretenden ser un no rotundo a las políticas que se están promoviendo en la actualidad de lucha contra el terrorismo, es evidente que nos encontramos ante una situación crítica y las circunstancias requieren ciertas cautelas, pero habrá que esperar a que estas medidas y decisiones se perfilen definitivamente para emitir el pertinente juicio de valor e idoneidad.

El contenido de este mensaje es hacer un llamamiento para que no cunda el pánico y mantengamos la cabeza fría, y para que como profesionales de la privacidad analicemos la legitimidad y legalidad de las futuras medidas, que demandemos su adopción de manera transparente y conforme a los principios y valores que informan nuestros estados democráticos, que evaluemos su idoneidad e eficacia, y que exijamos siempre, y como mínimo, un equilibrio entre seguridad y los derechos a la privacidad y protección de datos; en definitiva, que seamos el filtro y conciencia para no sacrificar derechos en vano.

Para poner punto y final a este texto, y en conclusión qué, mejor que hacerlo con las siguientes palabras de Benjamin Franklin:

“Aquel que sacrifica libertad por seguridad, no merece ni una ni la otra”

Virginia García Hidalgo

Asociada junior Abogada en PEÑAFORT

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